Te pudo la vida. Descansa en Paz

Hoy quiero dedicar estas lineas a la trágica muerte de una persona, con la  que pared por medio, crecimos de forma distinta, y distante. En la niñez compartimos muchos días juntos. Poco a poco nuestra forma de ver  y afrontar la vida nos fue separando.

Siempre la vida le saltó por encima. Tuvo la mala suerte de tener un acelerador siempre pisado, sin ser capaz de levantarlo. 

De no haber entrado en ese túnel, en esa espiral perversa, hubiera sido una persona normal por arriba porque era suelto, hábil y eficaz en el trabajo. Yo compartí con el, en distintas etapas de mi vida el tajo en el campo. Era una persona capaz, con fortaleza física, para trabajar. 

Después de haberse  puesto en el filo de  la navaja de la vida en muchas ocasiones, ha sido la inoportunidad la que le abrió la puerta de la despedida. Lejos de ser  actor principal,  ha sido cuando era espectador, cuando la vida no quiso seguir dándote otra oportunidad.

Que Dios te acoja en tu seno,  te perdone el daño que te hiciste a ti mismo, y a los tuyos. Que el Señor sepa valorar la generosidad y la vida, que para siempre te arrebató, el diablo  de esa maldita droga.

Siempre recordaré cuando siendo adolescentes, dejamos a nuestros padres cogiendo aceitunas en Rozalachina, en un día de incesante lluvia, a la que aguantamos hasta el mediodía, cuando en un pedregal por encima del cual  corría el agua, teníamos que coger los cientos de aceitunas diminutas que tenia un olivo manzanillo, que nos dio la fuerza para abandonar aquel calvario, y regresar a casa andando. 

Con esto último me quedo. Y desde aquí mirando al Cielo, te envío un hasta luego. F.C.R. Descanse en Paz.

Machacando las Almendras.