Este artículo me lo ha publicado previamente la Web de Falange Auténtica

Ayer cuando me metí en la cama y mientras me rendía al sueño, estaba escuchando la radio. En la emisora que tenia sintonizada, se ocupaban de los temas deportivos. El comentarista narraba con pasión el acto de la entrega de premios, y ponía el énfasis en la actitud de Vicente del Bosque que saltándose el protocolo, ( cuestión está según la narración constatada con la organización), protagonizo unos hechos que ponen de relieve la virtud personal de este hombre tranquilo, de este seleccionador poco bullicioso, de esta persona que mientras mas discreción muestra, mayor es la fortaleza personal que desprende. Vicente del Bosque no quiso ser tampoco en este caso, el protagonista de una escena que había sido diseñada para el, con rigurosa exclusividad. Este hombre hecho de una solidez humana inquebrantable, renunció a la gloria que para el se había reservado, y lejos de alimentar su ego con profusión, puso sus ojos en otros, quiso compartir, quiso hacer de su triunfo no la proyección de su persona, sino el homenaje a la cadena de trabajo, de esfuerzo que requieren el llegar, donde ha llegado nuestra selección. Y fuera de lo marcado por el guión, salio para llamar a Luis Aragonés y compartir el premio.

Tengo que decir que cuando escuchaba esta noticia, me emocioné, como lo hago cuando ante mi ojos veo, la expresión viva de los sentimientos humanos. Esto me pasa desde que de pequeño veía aquellas películas que nos hacían bucear en el mundo de los sentimientos mas nobles del ser humano. Muy lejos de lo que por desgracia la pluralidad televisiva pone delante de ojos de nuestros hijos.
Después de escuchar semejante ejemplo, que no es el relato literario de lo potencialmente posible, de lo que las cosas debieran ser, sino que es la IDEA, llevada al mundo de los hechos. Me preguntaba y la vez me respondía, que sería de esta sociedad nuestra, si nuestros políticos, si los que en nuestra sociedad se encuentran en un posicionamiento, desde el cual pueden influir en las vidas, los destinos, o las circunstancias de los demás, mostraran esta generosidad, esa humildad, ese trabajo silencioso, pero efectivo. No estaríamos donde estamos, habríamos salido de la tortuosa autopista, por un lado de la PROPAGANDA, de la incompetencia, de la torpeza reiterada, de la mentira inoculada en la vena social, de la mediocridad llevada al elitismo político. Y por otro de la no menos tortuosa autopista, de la critica fácil, de la contemplación plácida del derribo de la casa donde hemos de dormir, sin tener el arrojo de remangarse para poner sobre la mesa el proyecto claro, definido y valiente de cómo apuntalar, arreglar y engrandecer el solar PATRIO, que no pertenece, ni a esta, ni a la próxima generación, sino que es un patrimonio heredado no para liquidarlo, sino para engrandecerlo, acrecentarlo.
Vicente del Bosque, un gran hombre, un español de los que estamos muy necesitados. Aunque solo sea por esto, este hombre debiera ser ministro de "Educación para la Ciudadanía". Aunque sea sin cartera, su valor está el gran espíritu que le anima.
Machacando las Almendras