Contra la Usura y Despilfarro

Contra la Usura y Despilfarro
Los culpables siguen cobrando cifras millonarias
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La Fe.

Viendo un vídeo que colgó en un muro de Facebook,  Carmina Pino, del estreno del nuevo trono del Cristo de las Aguas, en el marco incomparable de la Iglesia de Santa Maria de Guareña,  a los acordes de la Saeta, entre cuyas voces reconocia la de dos amigos, ............,  me dió por lagrimar y juntar unas palabras, y esto es lo que salió.

 Se la dedico a mi Padre, y a mis primos hermanos, Maria Eugenia Gonzalez, Juan Antonio Tejada, y Miguel Angel Parra, que llevaban sobre sus hombros el nuevo trono del patrón de Guareña.

La Fe.

¿Que tiene ella?
Que tiene que todos la adoran
todos se postran
la cantan, y lloran,

Bajos  ropajes idénticos,
todos se unen para elevarla
sin distinción de clase
del labrador, al médico

de la profesora, 
al ama de casa
sudor, y nudos......

 en la garganta

Una sola voz, de la voz de todos
música en su casa
acordes que escalan
hasta llegar al alma.
Alma de un pueblo

 que la aclama.

Al llegar la primavera,
se la huele, y se la ve
hasta en la calle
y en las plazas


El color es mas color,
el haz de luz mas intenso,
 y olor,  lo es a incienso.
 

Oros y platas
destellan los días
de una Semana
a la que llaman Santa.


En Santa Maria retumban
en paredes para Catedral
 inmensa caja de resononcia

la voz musical
Entre cantos que aclaman
y silencio sepulcral
La fe de mi pueblo,
la que fue,
la que ha sido
y la que será.


La fe de los nuestros,
fe ancestral
La fe con la que nacimos,
Y como a los nuestros,.....
con ella, nos han de enterrar.


La fe, la que nos une
desde la diferencia
por encima de la diversidad,
la que nos hace darnos la mano
y con esperanzas al cielo mirar,
y en la tierra ...,....
conductora para el Bien
y cimentadora de la Hermandad.

Poesía que Promete XXXI: AL CRISTO DE LA BUENA MUERTE de Arturo Robsy


AL CRISTO DE LA BUENA MUERTE (Por Arturo Robsy)


Alto y a pulso, Señor,
suspendido cara al cielo,

brazo y alma te levantan.
Mis heróicos compañeros
desde mi cuerpo te elevan,
te rezan como hombres muertos
que te entregaron la vida
y forman en los luceros,
la bayoneta calada,
mientras guardan al Dios cierto
que les dió la Buena Muerte
de los soldados eternos.

Mientras empujan mi brazo,
polvo de Patria son ellos,
voz que grita en la batalla,
palabra de Padrenuestro,
hijos de amor y de guerra,
soldados para el recuerdo
cuando entregaron la vida,
y amor clavado al madero.

Alto y a pulso, Señor,
los legionarios sabemos
que la vida es sólo vida
y mas altos son los sueños,
más vivo el clarín de ataque
y que el valor es eterno.

El hombre que siempre lucha,
el que no conoce el miedo,
nunca muere si te lleva
a pulso mirando al cielo
y los demás legionarios,
firmes compañeros recios,
presentan armas brillantes
al Señor del Universo:
muriendo sonreirían
por hacer un mundo nuevo
y ser soldados de España,
que es ser soldados del Cielo.
fuente: Doris Tizona en su muro de Facebook

POESIA QUE PROMETE XIX: Semana Santa en Guareña de Luis Chamizo

En estos días de dificultades, para sacar fuerzas de nuestros adentros. Va por todos vosotros. Para hacer llegar los sentimientos a flor de piel.

Pregón Semana Santa 2008 Interior Iglesia Santa María de Guareña.


Recital poético, a cargo de D. Luis Miguel Espino.


SEMANA SANTA EN GUAREÑA 


 

              I

 

Eja que lo cuente

como sé de maña,

qu´en jamás jue´l muchacho pal pueblo

po Semana Santa.

y endispués que lo iga, ya puedes

endigale en las cosas cristianas

y enseñale bien el Catecismo

pa que no barbarice a sus anchas.

Cuéntalo, muchacho; ¿qué pasa pol pueblo

por Semana Santa?

 

     - Pos verá osté, padre, pasan muchas cosas;

yo no sé si sabré yo explicalas:

anti to, lo qu´a mí más me gusta

son las pruseciones: ¡qué cosa más maja!:

unas parigüelas mu grandes, mu finas,

mu bien jatiadas,

y en lo arto una Virgen mu moza,

mu güena, mu santa,

qu´asín me lo ician tós los que pol pueblo

la prusecionaban.

 

     Iba mucha gente,

con velas mu largas,

en dos carrefilas po los enceraos

pa dale compaña;

y en medio curas y tamién ceviles

con las escopetas a la funeraria,

por si alguno de mala nacencia

juera osao en llegar a insultala.

 

     ¡Qué Virgen más güena, qué Virgen más moza,

qué Virgen más santa!...

 

     Al pasá po la casa e los ricos,

¡pumba!, s´encendían toás las luminarias,

y cantaban los mozos cantares,

esos cantarcinos que pol pueblo andan,

que agora es la möa,

que hacen gorgoritos y hacen mojigangas

como los triníos de las golondrinas

que mus espabilan cuando viene´l alba,

y al pasá po la casa e los probes,

tamién había luces dando luminaria:

luces de pitrolio qu´apagab el aire;

quinqueses, candiles en tóas las ventanas,

que paecían relamiase de gusto

al pasá la Virgen elante e su casa.

 

     Y pa mí qu´a Ella no debía gustale

la lus elertrina pa que l´alumbrara:

¡la lus elertrina, tan seria, tan fosca,

con sus alambraos y sus maquinarias,

y con sus celipas y con sus tornillos

que d´un gorpe encienden y d´un gorpe apagan!

 

     ¡La Virgen, la Virgen!... Ella dende arriba

de las parigüelas que la porteaban,

lo mesmo a los ricos, lo mesmo a los probes,

a tós los miraba con la mesma cara;

y.., ¡qué corci! a mí me paecía

qu´a nusotrso mejó nos miraba,

paeciendo icirnos

con aquellos ojos cuajaos e lágrimas:

"¡Peirme, muchachos,

peirme con gana,

pa que Dios sus conceda a vusotros

lo que os jaga falta!"

 

     Y yo l´he peïo

a esa Virgen tan güena y tan santa,

a esa Virgen que ya no m´acuerdo

cómo la mentaban,

qu´aremate mu pronto esta guerra

y que pare e llover, porque´l agua,

que mus quita trebajo a los probes,

está jorobando toita la senara.

 

     ¡Yo no sé que será de nusotros

como siga metio´l tiempo en agua,

y en Melilla sigan los hombres mandones

trillando la granacias!...

 

     Y el pan n´ha subio, gracias al alcarde,

qu´a los panaëros ha tenío a raya,

qu´es presona de mucha concencia,

que mus dio trebajo a tós en la praza.

 

¡Ay, padre; qué güenos que son los señores

cuando icen a seglo con gana!

 

Tós los del casino de nuestro partío

le daron limosna a to´l que llegaba,

y sin destinciones, y sin miramientos,

juera gente suya o juera contraria.

 

                    II

 

     Yo tamién me gusta

la Semana Santa,

por sus comilonas

llenas de durzainas.

Muchos platos, muchos,

ca uno de su casta,

porque pa estos días,

agüela Tomasa,

ha mercao unos peces mu grandes,

más grandes que carpas,

que se pescan mu lejos, mu lejos,

más allá e Zafra,

y que saben d´un modo más rico

que los que se pescan en el Guadiana.

¡Chacho!, qué potingues, y cuántos guisotes,

y cuántas cosinas, y cuántas durzainas

pa ponerse jartete y pa dirse

a los morumentos pa vé las muchachas.

 

     ¡Chacho!, qué jorgorio hay en las tinieblas

en cuanto las últimas candelas s´apagan.

Yo di matracazos

con la mi matraca,

y arrimé silbíos

que naide arrimaba.

Y no era yo solo; que tós los muchachos

jacían lo mesmo metiendo bullanga;

porque mus dijera la señá Colasa

qu´hay que meter bulla

pa que los diablillos del Santo se salgan,

porque tienen töavía la querencia

d´hacer perrerías con la gente santa

y atizá zurriagazos al Cristo

qu´en aquellos tiempos le crucificaran.

 

                    III

 

     Yo tamién lo qu´a mí más me gusta

es cuando se juntan dambos en la praza,

la Virgen aquella y el Resucitao.

¡Chaco, qué estrumpicio cuando me la estapan!...

Al bori sin bori, prencipian los curas,

y tlon, tlon, tolón, tolón, toitas las campanas,

y tachinda, chinda, tós los del Pulío,

y las escopetas jarriando descargas,

y... estas cosas padre, no son pa contao,

no son pa explicalas,

tié osté qu´ir otro año pa velas,

tié osté qu´ir con mi madre y mi hermana,

pa enterase de toas las cosinas

que pasan pol pueblo por Semana Santa.



Machacando las Almendras.