Contra la Usura y Despilfarro

Contra la Usura y Despilfarro
Los culpables siguen cobrando cifras millonarias
Mostrando entradas con la etiqueta explotación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta explotación. Mostrar todas las entradas

Los funcionarios: las cosas en sus justos términos.

Los funcionarios: las cosas en sus justos términos

 
por Juan Francisco González Tejada

 
En los últimos meses los FUNCIONARIOS han pasado a ser, sin buscarlo, y lo que es peor, sin quererlo, al centro de atención de la política, y de los especialista en asuntos económicos y financieros.



Al comenzar a hablar de funcionarios o de la función publica tenemos que analizarlo desde la concepción empresarial según la cual la administración a través de los funcionarios vende o presta un servicio que los ciudadanos pagan vía impuestos de forma solidaria, de tal manera que recibiendo todos el mismo servicio, cada uno contribuye en función de sus rentas, de su capacidad de compras etc, veía impuesto directos e indirectos.



La crisis ha provocado una reducción grave para el pago de esos servicios, al no poderse recaudar el mismo nivel de ingresos que lo que supone el gasto de la administración publica, que en los últimos años estableció nuevos gastos fijos y estructurales cuando los ingresos vía especulación inmobiliaria era predecible que serian temporales, por mucho que durara la bonanza. Ahora esos políticos, esos partidos que en todos los niveles de la Administración del Estado ( Gobierno Central, Autonómicos, Locales, y Diputaciones) hicieron crecer el gasto de forma irresponsable creando nuestras infraestructuras administrativas, duplicidades etc, creando unos puestos de trabajo en la administración por encima de lo razonable, bien mediante personal funcionario, personal laboral o subcontratación de servicios, en lugar de hacer un análisis riguroso del gasto publico, al que no pueden acceder por haber transferido a las autonomías la gestión de competencias que la propia Constitución reserva para el Gobierno Central. Pues bien en lugar de eso, sin ningún tipo de escrúpulos, y para contentar a los mercados del capitalismo financiero, han seguido la vía mas fácil y mas injusta, plantear una reducción de salarios para los funcionarios, cuando saben que de seguir por el camino que vamos, tendrán que acometer la necesaria reforma de la administración del Estado.



Nosotros nos negamos a meter en un saco a todos, bajo el termino de FUNCIONARIOS. Para nosotros el esfuerzo, la capacidad y el merito siguen siendo valores a defender, conjugados con las funciones que estos funcionarios prestan a la sociedad en la escala de prioridades de derechos sociales que hacen mas iguales y mas dignas a las personas, a los ciudadanos.

No toleramos, que los que han permitido que en los tiempos de bonanza basada en la usura, se haya pervertido el sistema social, y todo, todo haya quedado expuesto a la intemperie de la OFERTA y la DEMANDA, llegando en el terreno laboral, a que un chaval sin estudios, y sin esfuerzos, accediera a sueldos muy por encima de los que cobran personas que habiendo realizado una carrera universitaria, habiendo superado una oposición, se dedica a salvar vidas en un hospital, a educar nuestros hijos, en los distintos centros educativos, o perseguir delincuentes de todo pelaje jugándose su vida, y todo ello a costa de los endeudamientos de los jóvenes que querían acceder a la vivienda, endeudándose para toda la vida. Los que permanecieron inmóviles antes este panorama ahora quieren cuadrar cuentas también, sin hacer ni el esfuerzo de ponerse a trabajar duro para reducir de forma sensata y rigurosa los gastos superfluos del Estado.



No toleramos que se meta en el mismo saco de la función publica ni a las funciones, ni a los funcionarios, que tienen encomendadas labores profesionales que aseguran servicios esenciales para la igualdad de derechos y dignidad de las personas.



Reclamamos de nuestro Presidente y de sus brunetes mediáticas, una reflexión en profundidad sobre la extensión del gasto publico no social, funcionarios con misiones puramente administrativas que se han creado en los últimos 25 años, para satisfacer los caprichos de los políticos de turno que se han convertido en los señores feudales en las distintas Comunidades Autónomas, de todos los puestos creados también por los Ayuntamientos y que no responden al desempeño de funciones de servicio publico de carácter esencial.



Antes de bajar sueldos al personal cualificado que nos atiende en la Sanidad, en la Educación, en la Seguridad, en la Asistencia es preciso recortar gasto suntuosos, en privilegios a políticos, reducir la duplicidad de funciones, mancomunación de servicios de los funcionarios de carrera en la Administración Local, eliminación de ese mastodóntico parque móvil, que ya nadie sabe a cuanto asciende porque cada administración hace lo que en este sentido le da la gana. Drástica reducción de la subvención a partidos políticos, sindicatos, asociaciones patronales, todo tipo asociaciones de amigos, amiguetes y familiares. Abolición de los liberados sindicales, regulación por un grupo de economistas de los salario de los cargos electos y reducción de los concejales liberados en los miles de municipios que tiene España. Y endurecimiento del Código Penal para todo funcionario o político que negocie con los contratos de servicios o concesiones administrativas del Estado en todos sus ámbitos.



Y como queda bien claro, nuestros argumentos no están basados en ningún tipo de fobia a la función publica, tenemos la fuerza moral para denunciar la pasividad de los jefes en las administración publica y de la complicidad de las fuerzas sindicales con practicas laborales de algunos funcionarios, que en la empresa privada, de producirse durante una semana, significarían un despido disciplinario, mientras que esta es una practica mas extendida de lo deseable en muchas personas que siendo funcionarios, se sienten inmunes antes la petición de responsabilidad en sus funciones laborales, por parte de sus superiores, que o bien hacen la vista gorda, o temen el escándalo que le pueda montar el sindicato.



En fin, el funcionario no tiene culpa de nada, pero si que irremediablemente, si pertenece a puestos creados por la arbitrariedad política, y la mala administración deberá sufrir ahora lo que antes fue una alegría que no respondía una necesidad sino a una arbitrariedad del poder político, o que respondiendo a una necesidad que se podía cubrir ese gasto en otro momento, pero no es posible o responsable seguir gastando en esas partidas, por poner en peligro la financiación de derechos básicos como la sanidad, la educación etc,etc.



Los culpables de estos desajustes ha sido el capitalismo financiero, representados en una Banca que que abandono el negocio tradicional e hizo del capital una función empresarial, y también los partidos y sindicatos que han permanecido impasibles ante la especulación, la usura, el endeudamiento como motor de la economía, y en medio de este desorden han ido aumentando los puestos y los gastos en una administración que debía pensar que el dinero que le llegaba era producto de una maná inagotable.



Ante esta situación nos queda reducir gastos los mas urgentemente para no seguir empobreciéndonos mas, asegurando los derechos esenciales, y partir de ese punto urgen un reparto de la riqueza que no deje en la estacada millones de españoles.



El que los recortes se tengan que hacer en la administración publica, no convierte al FUNCIONARIO de forma genérica y ni especifica, en el culpable de la crisis, que se debe al ilimitado egoísmo del hombre, que encarnados en los entramados financieros que gestionan GRANDES CAPITALES muy globalizados, ni la ley ni la fuerzas sociales han sido capaz de ponerles freno para llegar donde nos encontramos. Antes de CORTAR POR LOS SANO, ES PRECISO CORTAR LOS EXCESOS.

Publicado originariamente en la Web de FALANGE AUTENTICA 


Machacando las Almendras

La vivienda : La sutil esclavitud en la España del Siglo XXI









SEGUNDO ARTICULO SOBRE LA VIVIENDA, todos escritos antes que la crisis se manifestara, y mucho antes que los politícos la quisieran admitir.
Por Juan Fº González Tejada
El constante aumento del precio de la vivienda está haciendo que todos los sectores especulativos de la sociedad, pongan sus ahorros al servicio de esta forma de mercado, donde lo que se pretende es hacerse rico en poco tiempo, sin pensar en el tipo de sociedad que se está diseñando con este escenario de especulación como elemento esencial en la vida de la persona.
A los que nos alarma esta situación, incluso encontrándonos en el bando de los que podríamos sacar beneficio de esta práctica, nos salen al camino los defensores del libre mercado cuando, precisamente, lo que falta en ese mercado es la libertad. La vivienda no debería ser un elemento de consumo donde uno puede decidir si compra o no, puesto que el techo es un elemento imprescindible para el desarrollo personal y familiar del hombre. Para entenderlo sólo hace falta ver la falta de condiciones dignas, que acompaña la vida de los sin techo.
Si la vivienda es un elemento esencial para el desarrollo de la vida en condiciones dignas, a los que presumimos de estar en la vanguardia del pensamiento social no nos puede ser ajena la realidad actual, en la que el precio de la vivienda está mermando la condiciones de dignidad de los hombre y mujeres ya que su alto valor supone una HIPOTECA de la vida de los trabajadores, y una frustración de los sueños de nuestra juventud  frenando su desarrollo personal y familiar y haciendo inalcanzable el proyecto de la construcción de un hogar.
En algunas capitales españolas los precios de las viviendas, con no mas de 80 metros cuadrados, están alcanzando un valor de entre los 360.000 y 500.000 euros. Teniendo en cuenta que un trabajador gana de media entre 18.000 y 24.000 euros, que en muchos casos no se llega a los 12.000 euros y que sólo en Madrid hay 450.000 personas con ingresos inferiores a 300 euros mensuales, la ecuación es sencilla. Para pagar una vivienda es preciso que un trabajador dedique los ingresos de su salario de más de dos tercios de su vida laboral. Y lo más sangrante es que existe mucho suelo donde poder construir.
Esta situación se asienta en la voraz especulación y en la usura sin freno, que ha hecho que socialmente se piense que uno es rico por el valor de su vivienda, pero en realidad no se es dueño de la plusvalía, pero crea el  clima social propicio para la  permisividad y pasividad ante  esta usura, que en otros tiempos de la historia estaba penada. Y sobre todo, esta situación está alejada de los preceptos de contenido social de la Constitución donde se establece como valor al que llegar “ EL DERECHO DE TODO ESPAÑOL A UNA VIVIENDA DIGNA”.
Con esas hipotecas elevadas en la cantidad y alargadas en el tiempo, EL MERCADO SIN CONTROL  ha absorbido la libertad de muchas luchas sociales. Ejemplo de ello es   la lucha de las mujeres por acceder al mercado de trabajo. Hoy por hoy, la mujer, el hombre o bien la unidad familiar no es libre de configurar su futuro profesional o familiar, porque a final de mes, un señor espera implacablemente que se pague un alto peaje por tener un techo. Hoy no se puede llamar liberación de la mujer a su  acceso  al mundo del trabajo fuera del hogar, porque no existe libertad de elección, sino la coacción impuesta socialmente a través de los precios especulativos del suelo.
Si finalmente se consigue un techo, normalmente éste no se podrá utilizar para el desarrollo personal y familiar, puesto que el comprador se auto impondrá  las horas extras o los pluriempleos para pagar religiosamente la hipoteca. En este contexto tener un hijo se llega a contemplar, por el ahogo económico, como un gasto impensable.
El trabajador tendrá que trabajar para pagar su vivienda casi toda su vida, no podrá formar un familia y, si la forma, no tendrá tiempo para estar con sus hijos y acabará  pidiéndole al Estado que amplíe los horarios de los colegios. El Estado, al final, fiel servidor del sistema, no luchará contra la especulación, pero sí prolongará el horario de los colegio para los progenitores trabajen más y las letras de los pisos puedan ser más altas.
De este modo al Estado, servidor de esos intereses, no le importará que el desarrollo de su pueblo esté muerto y fomentará de manera inhumana la inmigración ilegal para que sus nuevas “víctimas” se amontonen en un pisos como unica forma de poderse pagar un techo donde dormir. Y allí  dormirán por turnos, comerán por turnos, y se asearán por turnos.
Descrita esta realidad, no podemos por menos que comenzar a pensar que, bien por acción u omisión, la esclavitud, el sometimiento social ha cambiado de métodos, de hábitos, de herramientas, de escenarios, pero está lejos de dejar de someter al hombre a sus devoradoras garras,  utilizando elementos de entramados sociales, y valores predominantes que hacen más difícil la concienciación social, que en  otras épocas generó grandes movilizaciones que consiguieron arrancar derechos que ya nadie se atreve negar.
Hoy al trabajador no le vale de mucho la reivindicación laboral, porque no es sólo en la empresa donde se produce el gran problema social. El valor del suelo, su aumento porcentual  continuo sobre el sueldo de los trabajadores hace trizas los derechos salariales y de todo tipo que el trabajador pueda tener en la empresa, al verse todos absorbidos por las obligaciones hipotecarias adquiridas, extendiéndose así la explotación desde el poder empresarial al poder puramente económico y especulador de las grandes corporaciones de capital financiero, de los bancos y las promotoras de viviendas.
Los falangistas auténticos luchamos por encontrar las soluciones que lleven a los trabajadores a tener una VIVIENDA DIGNA sin que para ello tengan que perder su propia dignidad. Hoy, quizás, es el tiempo oportuno de exigir con firmeza la expropiación de terrenos rústicos por parte del Estado, y convertirlos posteriormente en urbanizables, construyendo un gran parque de vivienda protegida contra la especulación que ponga freno a la llegada de dinero manchado de usura y corrupción a la construcción de los hogares para el futuro de España.
Porque así se construye una patria, así es como se ponen las bases de una Justicia Social firme sobre las que crear esa unidad que hace grande a los pueblos que la encuentran. No se construye la Patria ni se hace Justicia Social declarándose rojo en la revista Mari Clair ni resucitando valores que acabaron enfrentando a los españoles en una guerra entre hermanos.
Nuestra mirada está en el FUTURO, nuestro empeño es la JUSTICIA SOCIAL y nuestra patria es una ESPAÑA plural, unida y solidaria.
Este artículo fue publicado en la WEB de FALANGE AUTENTICA el 30 de Octubre del 2005 mientras Zapatero, Rajoy y los Sindicatos miraban para otro lado, pero ahora como dicen en los pueblos, entre todos la mataron y ella sola se murió.


Chorba stupid, por Bario