Sin Caridad no existe camino para la Justicia Social

A veces compruebo que muchas personas no ven en la Caridad una conducta virtuosa. Y me sorprende que muchas personas comprometidas en luchas por una sociedad mas justa, llegan a exhibir como conceptos contrapuestos, CARIDAD y JUSTICIA SOCIAL. En mi opinión no solo no es que no sean términos antitéticos, sino que son conceptos necesariamente complementarios.

La Caridad es un acto efectivo de solidaridad, en el que la persona pone en practica el amor al prójimo, tanto mas afectivo cuando mas necesario es para sí, aquello de lo que se desprende. La Caridad es un acto de amor individual, capaz de adiestrar nuestro egoísmo en el desprendimiento, sin el cual es imposible aspirar a una verdadera JUSTICIA SOCIAL. La Caridad llega al que no puede esperar a la Justicia Social, para calmar el hambre, paliar la salud, o el desahució.

En el caso de nosotros los nacional-sindicalistas, aspirar a que todo hombre sea propietario de la empresa, propietario de los medios de producción, no puede vislumbrarse esa esperanza sino es desde la perspectiva de una sociedad de personas que miran hacia fuera. Es la Caridad como acto de amor, y entrega al prójimo, el principio, el valor que nos introduce en la metafísica de la JUSTICIA SOCIAL, sin ella corremos el riesgo deslizarnos hacia el materialismo. Posicionarnos ante la Justicia Social no por convicción, sino por posición. Y así la Justicia Social, para un persona, no es mas una pose, porque el azar de la vida le ha dispuesto en el terreno de juego de los desfavorecidos, y solo es preciso un golpe de suerte para cambiar de bando en la convicciones.

Somos muchos a los que nos puede gustar esto último, sin beber de lo primero, que es lo que nos dota la fuerza de voluntad, de la fuerza moral necesaria.

Aquella sociedad que no cultiva la CARIDAD, no puede aspirar a cosechar la JUSTICIA SOCIAL.

Machacando las Almendras